sábado

Carta al Club de mi corazón. Emilio Esparcia

Diecinueve años han pasado ya desde que di mis primeras zancadas en el Antorcha. Este club me vio crecer, hacer algunos sueños realidad, luchar por cada victoria, por cada clasificación para algún campeonato de Andalucía o de España…este club me ha hecho madurar como atleta y sobre todo como persona; me ha convertido en el hombre que soy hoy, y quiero dedicarle unas palabras de agradecimiento, que no son nada para lo que merece.

El club Antorcha-Andújar me ha dado momentos increíbles e inolvidables, como mi medalla de bronce en el campeonato de españa promesa en 400 vallas. Este impresionante club de atletismo me ha traído amigos para toda la vida, y he conocido a personas realmente maravillosas. Quiero hacer mención especial a todos los entrenadores que me han acompañado en lo bueno y en lo malo:

- José Manuel Alcalá, mi primer entrenador, el culpable de engancharme a este deporte de lleno. Siempre recordaré esas vallas naranjitas que me hacías saltar y que creo aún siguen por la pista. Siempre me acordaré de todos los juegos que disfruté y que me sirvieron más tarde en mi etapa de entrenador.

- Pedro Ramos, me enseñó muchísimo y me dejó tanto guardado aquí en lo más adentro del corazón que no puedo explicarlo con palabras, pero las lágrimas brotan de mis ojos inconteniblemente. Él me animó a empezar a entrenar a los niños, y despertó en mí una vocación que ni yo mismo sabía que tenía. Lamentablemente se nos fue en 2012 de pronto, y me dejó unas últimas palabras que siempre quedarán en mí: Emilio, lo hemos conseguido. Sé que desde allá donde esté cuidará del Antorcha eternamente... Mil gracias Don Pedro.

- Eduardo Cuenca, gracias a ti pasé de ser un atleta mediocre (por no decir malo jejeje) a tener algo de técnica y poder confiar en mis capacidades. Bajo tus órdenes luché y sufrí en cada entrenamiento, completé diarios gracias a los cuales podía reflexionar sobre mi esfuerzo y cansancio. Con tus in & out, oregones, ranas y demás, mejoré año tras año, llegando a competir en campeonatos de españa absoluto y haciéndome notar en ellos. Pero lo mejor de todo, contigo Edu gané también un gran amigo.

- Juan Carlos Montoro, mi morenito jejeje. Este gran hombre de Porcuna se convirtió en otro hermano para mí. Me hizo disfrutar muchísimo de los entrenamientos, y me hizo sufrir también con esos pajarones que me hacía pillar. Gracias a él conseguí mejorar mis marcas personales en pruebas combinadas, tanto en las de invierno como las de verano. Jamás olvidaré aquella carrera de 1500 metros en Gijón como última prueba de un decathlon, en la que conseguí llegar primero y ganar a varios atletas de nivel internacional. Recuerdo perfectamente que cuando terminé la carrera estaba emocionado, tan emocionado que deseaba un abrazo de mi gran entrenador Juanca. Lamentablemente, poco después de aquel campeonato de españa en Gijón nuestros caminos se separaron al venirme a vivir a la República Argentina. Pero esto no es el fin, puesto que siempre que vaya para allá estaré dispuesto a competir de nuevo a tu lado. Muchas gracias por tanto morenito.

- No puedo olvidarme de Ana Peinado, esa mujer que no ha sido mi entrenadora, pero la admiro tantísimo. Es capaz de hacer mil cosas a la vez, una mujer que ha dado y sigue dando todo por el club, una mujer que vale más que el oro con ese corazón enorme que tiene. Muchas gracias Ana por todos los valores que me inculcaste, por tanto que me ayudaste y el gran cariño que me has dado siempre.

Los niños que entrené en estos años me hicieron aprender mucho, y me dieron esa alegría, ese punto de motivación tan necesario en este deporte. Quiero agradecer además a los padres de algunos peques, puesto que ellos me animaron más de una vez a seguir haciendo un buen trabajo como entrenador. Últimamente he oído que algunos de los niños que entrené, los cuales ya son adolescentes, están consiguiendo grandes logros, y estoy orgullosísimo de ellos.

A lo largo de los años que pasé en el Antorcha, este tremendo club me aportó muchísimos valores, destacando la humildad, el esfuerzo, la motivación, la pasión…y lo más importante es que me dio una felicidad inmensa.

En mis años de atleta con el Antorcha ha habido momentos de sufrimiento, pero también he vivido momentos de alegría incomparable por los que mereció la pena sufrir.

Tengo la certeza de que se está realizando una labor increíble con el club, así que quiero felicitar a todos los que se están involucrando de lleno para que todo salga tan bien. Me da muchísima felicidad por muy lejos que esté, el saber que el club se hace más y más grande, incorporando atletas de todas partes de España y especialistas en todo tipo de disciplinas (fondo, pista, trail, etc.).

Antorcha-Andújar, un millón de gracias por todo. Ojalá algún día pueda volver a esa segunda casa que tanto me dio para seguir aportando mi granito de arena. Gracias de todo corazón.

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